Con frecuencia se dice que para lograr el éxito en un negocio es clave contar con una ventaja competitiva. Pero ¿qué significa esto? Sobre todo, ¿cómo utilizar esa ventaja a tu favor? Te damos las respuestas en este artículo. ¡Seguí leyendo!
Que una organización pueda posicionarse en el mercado hoy en día, depende, en gran medida, de su ventaja competitiva. Este factor es tan importante que determina la vida útil del negocio, es decir, qué tan lejos puede llegar en el largo plazo.
Si tenemos en cuenta que en promedio entre el 50% y 75% de las pymes en Latinoamérica dejan de existir durante los primeros 3 años de vida, lograr la ventaja competitiva debería ser una prioridad. En tanto, esta podría ser la clave para que tu negocio prospere a través del tiempo.
¿Qué es una ventaja competitiva?
Para nadie es un secreto que diferenciarse de la competencia contribuye al crecimiento de una empresa. Pero en la década de 1980 quizás mucha gente no lo sabía. Para explicar qué es una ventaja competitiva tenemos que remontarnos a aquellos años.
Fue entonces cuando la ventaja competitiva se instaló en el mundo de los negocios y la economía en general. Su impulsor fue Michael Porter, un académico estadounidense que definió el concepto como aquella característica única que no posee ninguna otra empresa que compita en el mismo mercado y que sea sostenible en el tiempo.
De esta forma, podemos decir que la ventaja competitiva es un atributo particular de un negocio que lo hace diferente al resto y le permite alcanzar una posición superior en el mercado.
Está muy relacionada con lo que entendemos como propuesta de valor. De hecho, para poder diseñar y ofrecer una propuesta de valor como empresa, primero tenés que desarrollar la ventaja competitiva de tu negocio.
Así, la ventaja competitiva es lo que hace a tu negocio convertirse, entre todas, en la mejor opción para los clientes.
Al lograr la ventaja competitiva tu empresa puede ganar una mayor cuota de mercado. Es decir, ampliar su público y, con ello, alcanzar una mayor rentabilidad y con ello el éxito empresarial.
Características de una ventaja competitiva
Para entender mejor qué es la ventaja competitiva, es importante conocer lo que caracteriza a este concepto.
- Singular. La ventaja competitiva permite la diferenciación del negocio en relación a sus competidores. Para ello, esta ventaja debe ser singular y única.
- Rentable. No se puede hablar de ventaja competitiva sin mencionar a la rentabilidad. Esta ventaja debe traducirse en resultados concretos y tangibles para tu negocio. Es decir, debe generar ganancias.
- Sostenible. Para configurarse como tal, la ventaja debe ser sostenible y, por lo tanto, perdurar en el tiempo.
- Posicionamiento. Finalmente, la ventaja competitiva es posible en la medida en que te ayude a alcanzar una buena posición en el mercado.
¿Cuáles son los tipos de ventajas competitivas?
Volviendo a la teoría desarrollada por Porter, él sostiene que una empresa solo puede obtener mejores resultados que sus competidores si consigue establecer una diferencia que pueda mantener en el tiempo. En este sentido, plantea dos caminos:
- Ofrecer un valor mayor a sus clientes.
- U ofrecer un valor igual a un coste inferior.
De esta forma se configuran los dos tipos de ventajas competitivas. Por un lado, ofrecer un valor mayor permite a la empresa cobrar precios unitarios superiores. Por el otro, una eficacia mayor da como resultados menores costos unitarios.
Así, los dos tipos de ventajas competitivas son: la diferenciación y el precio más bajo.
Tipos de ventajas competitivas: diferenciación
La diferenciación como ventaja competitiva surge tanto de la elección de las acciones que realiza la compañía, como de la forma de realizarlas.
Una empresa puede diferenciarse de otra al desarrollar un producto que ningún otro negocio fabrica o que contiene características distintas a lo que ya existen en el mercado. También puede diferenciarse a través del tipo de servicio que ofrece a sus clientes.
La diferenciación se trata entonces de la capacidad de una empresa para brindar una combinación única de valor que los clientes estén dispuestos a pagar, incluso a un mayor costo.
Por lo general, en este tipo de ventaja competitiva alguno de los siguientes atributos suele estar presente: calidad, características especiales y servicio.
En este caso, hay muchas compañías que pueden servir de ejemplo, pero uno de los más emblemáticos es el de Apple. Esta compañía ha logrado posicionar a sus productos como verdaderos íconos e incluso como símbolos de estatus.
Definitivamente cumple la premisa de la diferenciación como ventaja competitiva. Puesto que los clientes de la marca están dispuestos a pagar más por obtener sus productos.
Tipos de ventajas competitivas: precio más bajo
El precio más bajo como ventaja competitiva radica en ofrecer a tu público un producto de menor costo en comparación con el que ofrece tu competencia. Básicamente, es basar tu propuesta de valor en productos más baratos para tu clientela.
Pero, atención: esto no significa resignar calidad. Dado que iría en detrimento de una de las características clave de la ventaja competitiva que es la sostenibilidad. Al ofrecer productos de mala calidad, esto repercute en la reputación del negocio, lo que, a su vez, afecta las ventas. Tarde o temprano, la empresa dejaría de ser rentable.
En realidad, este tipo de ventaja competitiva radica en ofrecer precios más bajos, pero gracias a la optimización de tus procesos. Es decir que para lograr la ventaja competitiva con base en la reducción de costos, necesitas ser más eficiente que tus competidores al momento de diseñar, fabricar y comercializar tu producto o servicio.
En este sentido, un ejemplo muy claro es el de Amazon. Su fundador, Jeff Bezos, desarrolló la estrategia competitiva del negocio basándose en la comercialización de productos de calidad, pero más accesibles.
¿Cómo aprovechar la ventaja competitiva de tu negocio?
Llegó el momento de explicar cómo lograr la ventaja competitiva. Todo empieza por identificar cuál es y luego desarrollarla.
Identificar las fortalezas de tu negocio
Para lograr la ventaja competitiva primero tenés que saber con qué posibilidades contás. Lo que implica enfocarse en las fortalezas del negocio.
Por ejemplo, puede que tengas un producto con características únicas en tu mercado. En ese caso, podés aprovecharlo como tu diferenciación y convertirlo en ventaja competitiva.
Quizás, el valor de tu negocio está en el servicio y en la capacidad de ofrecer experiencias de calidad a tu público. Esto también se puede transformar en tu ventaja frente a tus competidores.
La clave está en identificar cuál es el valor único que ofrece tu negocio a las personas. A partir de ahí desplegar la estrategia.
Definir tu mercado objetivo
Para entender mejor cuál es el valor único que aporta tu negocio a los usuarios es clave conocer al público. Se trata de saber con precisión en qué mercado querés insertar tus productos y servicios.
Esta es una parte esencial de tu planificación estratégica. Sin conocer a qué tipo de cliente te dirigís, es imposible ajustar tus acciones, productos y servicios para conseguir la diferenciación.
Así, entender cuál es tu público y qué necesita te permite estructurar tu ventaja competitiva en función de la satisfacción de esas necesidades.
Conocer a tus competidores
Claro que tu negocio no es una isla, es decir, está inserta en una determinada industria seguramente. No solo ello, además, en un mercado tan saturado como el actual, es muy probable que tengas múltiples competidores.
Ya dijimos que la ventaja competitiva te permite diferenciarte de tu competencia y así, tener una mejor posición en el mercado. Pero, para llegar a este punto, tenés que saber a quiénes te estás enfrentando.
Conocer a tus competidores es una instancia clave para saber:
- Qué están ofreciendo.
- En qué se diferencia tu propuesta de valor de la de ellos.
- Cómo podés potenciarla.
Establecer tu estrategia
Ahora que ya tenés los principales puntos cubiertos, es momento de establecer la estrategia para completar el trabajo. Es decir, determinar qué acciones vas a realizar para desarrollar tu ventaja competitiva y con qué objetivos vas a medir el grado de progreso.
Para ello es importante tener en cuenta varios aspectos:
- Establecer objetivos medibles.
- Enlistar los recursos disponibles.
- Determinar las acciones a realizar para avanzar hacia esos objetivos.
- Mantener una adecuada gestión de tareas para que todos los miembros del equipo estén alineados hacia las metas, sabiendo qué se espera de ellos.
- Utilizar métricas para medir los resultados de forma periódica y crear un sistema de mejora continua.
Pensar en el largo plazo
Para lograr la ventaja competitiva hay que pensar en el largo plazo. Como dijimos al principio, una de las características fundamentales de esta clase de ventaja es que debe ser sostenible.
De nada sirve desarrollar un valor diferencial que tu negocio no pueda sostener con el paso del tiempo.
Por otro lado, la mentalidad en el largo plazo también debe centrarse en la mejora continua. Es decir, posiblemente tu ventaja competitiva se vaya transformando conforme surjan nuevas necesidades en el mercado y tus competidores vayan desarrollando propuestas de valor superiores a la tuya.
Incorporar las herramientas adecuadas
Sin duda, a lo largo de todo este camino tendrás que aprovechar todos los recursos que estén a tu alcance. Por supuesto, la tecnología es una de ellas.
Si querés lograr la ventaja competitiva en tu negocio necesitas agilizar procesos, automatizar tareas y optimizar todo lo que puedas para ganar tiempo. Este es el recurso más importante para desarrollar la propuesta de valor de tu empresa.
Entre las herramientas que te ayudan a ganar más tiempo para dedicarle al crecimiento de tu compañía podés encontrar el software de gestión en la nube. Se trata de una solución todo en uno que te ayuda a potenciar tu empresa gracias a las múltiples funcionalidades que ofrece.
Vas a poder gestionar la contabilidad de tu negocio, el inventario, los impuestos, las facturas, los reportes financieros, de resultados y de ventas desde un mismo lugar. En otras palabras, los sistemas de gestión simplifican y automatizan tus tareas diarias.
Esta, incluso, se puede convertir en tu ventaja competitiva, dado que te permite hacer más eficientes los procesos contables y administrativos de tu negocio. Así, podés mejorar, entre otras cosas, tu gestión de costos, por ejemplo.
En conclusión
Ahora ya conoces en profundidad lo que representa la ventaja competitiva para un negocio. También sabes cómo desarrollar la de tu empresa. Lo que resta es poner en práctica todo lo que aprendiste en este artículo.
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