La desaceleración mundial del consumo, generar un escenario de crisis que trae nuevas oportunidades. Estas son las Perspectivas económicas para el 2020. Las tendencias en la economía nos pueden ayudar u obstaculizar al logro de nuestros objetivos de negocios.
Conocer el comportamiento que puede tomar el consumidor, la tasa de empleo, las tasas de interés y la inflación, otros indicadores económicos o las diferentes regulaciones aplicables, es decir conocer las perspectivas económicas, resulta clave para la toma de decisiones empresariales.
Entre los factores puramente económicos que pueden ser necesarios conocer podemos mencionar algunos como las tasas de interés de financiamiento e inversión, las tasas y perspectivas de inflación, la política monetaria, el tipo de cambio, los costos de materias primas necesarios para la producción, los costos de transporte y logística, los aranceles de importación y exportación.
Desde el punto de vista del consumidor el optimismo de los mismos, la disposición a gastar dinero y comprar nuevos productos, el nivel de gasto, la cantidad de dinero o ahorro disponibles de los consumidores potenciales, entre otros, también pueden influir en mayor o menor medida directamente sobre nuestra actividad.
La tasa de desempleo y las tendencias en el nivel general de empleo nos indican que exista mayor o menor cantidad de personas con capacidad de compra. Las competencias con las que cuenta el mercado laboral incidirán en la necesidad de pagar salarios más altos.
La cantidad de especialistas altamente cualificados, el número de profesionales en búsqueda activa de empleo, el número de profesionales próximos a la edad de jubilación, la renta per capita, el riesgo de despidos, la fuerza de los sindicatos o las tasas sociales, son varios de los factores que pueden repercutir a la hora de contratar personal.
Conozcamos que nos dicen al respecto las perspectivas económicas de los principales organismos a nivel mundial.
Perspectivas del crecimiento económico en América Latina para el 2020.
Las perspectivas económicas del Banco Mundial para este 2020 marcan al fin un repunte en el ritmo de crecimiento económico mundial y de América Latina. Este repunte será precario, pero presenta un escenario de estabilización de las economías de mercados emergentes y en desarrollo que se ven afectadas por las diferencias que generan las políticas comerciales.
El crecimiento económico mundial presentó un bajo crecimiento durante estos últimos años. El desincentivo a la inversión y la demanda, originado por las tensiones comerciales, condiciones financieras volátiles, incertidumbre en las políticas, presentan los riesgos en este contexto.
El endeudamiento público en las economías emergentes y en desarrollo se ha incrementado notablemente en los últimos años. Esto también reduce la capacidad de respuesta ante situaciones adversas y el financiamiento de inversiones que puedan promover el crecimiento.
Las empresas y los hogares continúan postergando el gasto a largo plazo, así la inversión y la demanda de bienes de consumo duraderos se han mostrado en niveles moderados en las economías avanzadas y de mercados emergentes. El comercio mundial, que es más intensivo en cuanto a maquinaria y bienes de consumo duraderos, también sigue presentándose débil.
En América Latina la fuerte baja en el crecimiento se explica por la incertidumbre que se generó en cuanto a políticas económicas en algunas economías importantes como Argentina, Brasil, México, las agudas tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y el crecimiento mundial que acompaña presentándose también muy débil.
Pero como mencionamos al principio, esta tendencia a la baja al crecimiento que en 2019 presentó su punto más bajo desde 2016 para América Latina, espera un repunte en 2020 para la cual según datos del Banco Mundial se espera un crecimiento del PIB real de 2,3 por ciento, contra el 0,6 por ciento de 2019. Fortalecer la inversión privada y la productividad será el principal desafío para las economías.
Cómo afecta la guerra comercial entre Estados Unidos y China en las perspectivas económicas
Entre las principales causas del desaceleramiento en el crecimiento de la economía mundial y en Latinoamérica, hemos señalado las tensiones comerciales. El gran protagonismo se lo lleva la Guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Esto se debe a que son las más grandes economías mundiales. Recordemos que la guerra se inició en marzo de 2018, cuando el presidente de los Estados Unidos Donald Trump anunció la intención de imponer aranceles por 50.000 millones de dólares a los productos chinos argumentando un historial de “prácticas desleales de comercio” y el robo de propiedad intelectual.
En respuesta el gobierno Chino impuso aranceles a más de 128 productos estadounidenses, incluyendo la soja, una de las principales exportaciones de Estados Unidos a China. Google y Huawei también formaron parte de la disputa ya que la empresa estadounidense por órdenes de la administración de Estados Unidos, anunció que dejará de proporcionar actualizaciones a los propietarios de teléfonos de la marca de teléfonos china.
Ambas potencias son los grandes compradores de las exportaciones latinoamericanas como soja, minería, petróleo, y son los grandes proveedores de bienes industriales y de capital. También son los grandes inversores y prestamistas de los que en gran parte dependen las balanzas de pagos y los empleos de la región. Tienen numerosos instrumentos de presión para imponer sus prioridades comerciales y políticas.
Grandes corporaciones chinas han logrado convertirse en socios externos de poderosos sectores agrarios, industriales, comerciales y financieros locales. A través de ellos las corporaciones estatales y privadas de China adquieren influencia económica y política, y contratos, en el marco de asociaciones bilaterales o interregionales. En muchos casos han logrado desplazar a empresas estadounidenses o europeas.
De esta manera se ha ido reconsolidando durante las dos últimas décadas la vieja especialización primario exportadora, y una orientación en esencia desindustrializadora. Muchos advierten sobre el ingreso masivo de los productos industriales y la tendencia reprimarizadora, pero también sugieren ampliar la oferta exportable a China.
En este sentido, es vital añadir valor agregado a las producciones primarias que puedan hacer atractivo el intercambio comercial. En este contexto de “lucha de gigantes” se abren grandes oportunidades para países en desarrollo y economías emergentes que puedan suplir la demandas de estos dos grandes jugadores.
Se espera que crezca la producción de manufacturas mexicanas, ya que varias empresas chinas, japonesas y coreanas que tienen operaciones en China prefieren instalarse en el país azteca, para evitar restricciones.
Colombia también espera poder volver a exportar productos manufacturados a Estados Unidos, aunque la rentabilidad no está asegurada, ya que la incertidumbre genera la inestabilidad de las monedas latinoamericanas.
Pero aunque el escenario mundial presente un estancamiento y las diferencias comerciales sean escenarios complejos para las empresas, no olvidemos que toda crisis es oportunidad. Cuando se cierran ciertos nichos se abren otros, ya que cuando los hábitos de compra y las necesidades se modifican, surgen nuevas posibilidades.
Apostar a tu negocio en tiempos de crisis puede asegurarte excelentes resultados a futuro, ya que si este puedo crecer y sobrevivir en situaciones adversas, tendrá un pasar mucho más próspero en condiciones normales. Además tendrás la oportunidad de contar con mejor calidad de personal productivo o especializado lo que te permitirá optimizar tu calidad y rendimiento.
Si estás proyectando el rumbo de tu emprendimiento para el 2020 y esta información te resulto útil, no olvides compartirla en tus redes sociales.