El brote de coronavirus llevó a que muchos países aceleraran la aprobación de una ley de teletrabajo para regular los derechos y las obligaciones de las personas que desarrollan sus tareas en forma remota. En Argentina el primer borrador de la nueva norma llegó no sin antes generar polémicas en algunos sectores empresarios.
Sin embargo, las controversias en torno al teletrabajo suceden en prácticamente todos los países donde este tipo de regulaciones ya se encuentran vigentes. Entre los países que lideraron la implementación de una normativa sobre esta temática se encuentran España, Estados Unidos, Francia, Holanda e Italia. ¡Seguí leyendo!
La legislación del teletrabajo en 5 países líderes
El teletrabajo se volvió una de las pocas modalidades seguras para afrontar la pandemia y miles de empresas en todo el mundo lo adoptaron de urgencia para poder seguir operativas. En Argentina se aprobó una ley sobre este tema que entrará en vigencia transcurridos 90 días después de la finalización del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio. Esta es la situación del trabajo a distancia en algunos países pioneros en la materia.
España
Se acordó una nueva regulación que fija la necesidad de firmar un acuerdo con el empleado que vaya a trabajar a distancia más del 30% de la jornada semanal durante un periodo de 3 meses.
Esta modalidad de trabajo es voluntaria y reversible y no puede ser impuesta. Además el empresario debe pagar los gastos en los que pueda incurrir el empleado relacionados con equipos, herramientas y medios vinculados a la actividad laboral, y está contemplado el derecho a la desconexión.
Estados Unidos
En este país en el que las leyes pocas veces incluyen regulaciones sobre la esfera privada, algunos estados cuentan con normas que ofrecen la misma protección a las personas que realizan teletrabajo que a los que lo hacen de manera presencial.
En Nueva York, por ejemplo, se promulgó la normativa Freelance isn´t Free (el trabajador independiente no es independiente), en la que se establece para estos empleados el derecho a un contrato por escrito, el pago completo y otras cláusulas de protección.
Francia
En 2012 se incluyeron en el código de trabajo del país aspectos relacionados con esta modalidad. Por ejemplo, se instituyó que el teletrabajo debe ser voluntario y sus condiciones establecidas en convenios colectivos y empresariales.
Por otro lado, en su legislación se reconoce el derecho a la desconexión y si un empleado rechaza el trabajo a distancia esto no constituye motivo para romper el vínculo laboral. Además el empleador debe apoyar cualquier costo que resulte del ejercicio directo de esta modalidad.
Países Bajos
Antes de la pandemia este era el país con mayor porcentaje de teletrabajadores de la Unión Europea: uno de cada tres ya trabajaba desde su hogar en forma regular.
La ley establece que los empleados con más de seis meses de antigüedad tienen el derecho a pedir una modalidad de trabajo flexible, que el empresario debe aceptar o rechazar de forma argumentada.
Por su parte, la empresa puede visitar el lugar donde la persona va a teletrabajar para analizar los riesgos laborales que puedan existir, que son su responsabilidad.
Italia
La legislación de este país establece el trabajo flexible como voluntario y garantiza la igualdad de derechos con los que lo realizan de forma presencial. Esto incluye tanto a la remuneración como a la protección en caso de accidentes o enfermedades laborales.
El llamado “trabajo ágil” es un acuerdo que no está sujeto a límites temporales y el empleado y la empresa pueden pactar trabajar por ciclos u objetivos. Sin embargo, para evitar las largas jornadas laborales, también está regulado el derecho a la desconexión.
Ley de teletrabajo en Argentina
La ley de teletrabajo aprobada en la Argentina recibió tanto elogios como críticas de los distintos sectores. Entre los puntos principales de la normativa se destacan:
- La igualdad de derechos y obligaciones entre teletrabajadores y los que lo hacen en forma presencial.
- El cambio al trabajo remoto debe ser voluntario y pactado por escrito.
- Este consentimiento es reversible en cualquier momento de la relación laboral.
- El trabajador tiene derecho a la desconexión digital.
- El empleador debe proporcionar el equipamiento para que el empleado pueda teletrabajar y asumir los costos de instalación, mantenimiento y reparación de los mismos, o compensar al trabajador por utilizar sus propias herramientas.
Estado del teletrabajo en Argentina
Hasta el aislamiento social obligatorio impuesto por causa del COVID-19, el teletrabajo solo representaba al 7,8% de la fuerza laboral en el país. De acuerdo con una encuesta realizada la IAE Business School de la Universidad Austral, antes de la pandemia el 65% de las empresas no tenían empleados trabajando de forma remota. Sin embargo, en la actualidad el 42% poseen a más de la mitad de su personal haciendo teletrabajo.
Sin embargo, una investigación realizada por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) señala que el porcentaje de trabajos en el país que pueden realizarse desde la casa solo alcanza a cerca del 30%. Si además se toma en cuenta la cantidad de hogares con computadoras y conexión a internet, esa cifra baja al 20%.
Entre las actividades que pueden desarrollarse en forma remota se encuentran las relacionadas con finanzas, información y comunicación, enseñanza, ciencia y técnica y administración pública. En cambio, esto es más difícil en las que tienen que ver con agricultura, ganadería, pesca, la industria manufacturera, el transporte, la construcción y el personal doméstico, que representan a casi un 40% del total de trabajadores en Argentina.
Quiénes ganan y quiénes pierden con la ley de teletrabajo
La sanción de la ley de teletrabajo en Argentina generó polémica y opiniones encontradas entre los distintos sectores. Los defensores de la normativa destacan que protege al trabajador y evita los abusos, mientras que los críticos señalan que beneficia a los sindicatos pero perjudica a los empleadores, ya que abre las puertas a posibles conflictos laborales.
Entre los puntos más controversiales de la ley se encuentra el derecho del empleado a revertir su consentimiento a trabajar en forma remota de manera unilateral. Los detractores señalan que esta debería ser una decisión bilateral consensuada y con un plazo de adecuación. En cuanto al derecho a la desconexión, algunos consideran que el esquema establecido por la normativa es demasiado rígido y podría atentar contra la dinámica laboral.
Por su parte, los que están a favor de la ley señalan que las quejas de los empresarios son exageradas y que todas las dudas serán clarificadas con la reglamentación. Habrá que ver cómo se resuelve en la práctica una vez que la misma entre en vigencia para conocer sus verdaderos resultados.
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