Con frecuencia las buenas prácticas empresariales se asocian a la gestión del personal. Sin embargo, el asunto no termina ahí. Hay muchas otras variables que se relacionan con los procesos, la organización del trabajo o la cultura y valores del negocio. Hoy vamos a conocer 8 de las mejores prácticas para implementar en tu empresa. ¡Seguí leyendo!
¿Qué son las buenas prácticas empresariales?
Lo primero es definir qué son las buenas prácticas empresariales ¿acaso se trata de las iniciativas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE)? ¿Es todo lo vinculado a la gestión del talento y su bienestar en la compañía? ¿O simplemente se relaciona con la administración del negocio? En principio, diremos que es una combinación de todo esto.
Las buenas prácticas empresariales son un conjunto de métodos, técnicas e iniciativas que se llevan adelante en las organizaciones para producir mejores resultados, aumentar la eficiencia y estandarizar procesos. En otras palabras, son decisiones que contribuyen al éxito de un negocio.
Muchas compañías utilizan las mejores prácticas empresariales para optimizar el trabajo, cumplir con los estándares de su industria e incluso para comprometerse con su entorno, teniendo un impacto positivo en las comunidades a las que pertenecen.
De esta forma, las buenas prácticas empresariales no son más que un conjunto de tareas, procedimientos, operaciones o reglas específicas que se introducen en una compañía para cumplir o superar sus objetivos.
Lo mejor de esto es que se puede aplicar en cualquier área porque, en definitiva, una buena práctica es el curso de acción más eficiente y efectivo en cualquier situación particular en la que se implemente.
Para que una empresa obtenga esa rentabilidad y éxito deseado, es necesario entender que los métodos que promueven las buenas prácticas empresariales deben estar orientados también a mejorar la situación de los trabajadores y de los demás grupos de interés, como los clientes, por ejemplo. Así, se podrán obtener los mejores resultados con los recursos disponibles.
¿Cuáles son las buenas prácticas empresariales?
Ahora que ya sabés de qué se trata, es momento de darte ejemplos concretos para entender cuáles son las buenas prácticas empresariales. En este sentido, creamos un listado con las mejores alternativas distribuidas por área u objetivos a alcanzar. ¡Tomá nota!
1- Misión, visión y valores
Quizás leas misión, visión y valores y enseguida pienses en la información que comparte la gran mayoría de empresas en su página corporativa. Dato que nadie se detiene a leer porque no es relevante o no demuestra la verdadera propuesta de valor de la empresa.
Uno de los ejemplos de buenas prácticas empresariales relaciona a esto implica establecer con claridad la misión, visión y valores de la compañía y hacerlo de manera tal que los trabajadores y otros grupos de interés se involucren en ello.
- La misión representa qué es lo que hace una empresa y para quién lo hace, por eso es fundamental que esto quede claro tanto a nivel interno, como externo. Es, por así decirlo, la carta de presentación del negocio.
- Por su parte, la visión señala a dónde querés llevar a tu empresa en los próximos meses o años. Es decir, es al lugar que querés llegar con tu negocio y cómo se alcanzará ese punto. Por eso, tenerla bien definida permite delinear los objetivos a alcanzar en el corto, mediano y largo plazo.
- Mientras que los valores son los principios sobre los que se rigen las acciones y decisiones de la empresa. Estos influyen de forma directa en el desarrollo de la compañía, la dinámica de trabajo, el servicio al cliente, la responsabilidad social o ambiental y en la imagen o reputación de la marca. De alguna manera, explican cómo se comporta un negocio.
Definir con claridad cada uno de estos elementos y ser transparentes al respecto es una de las mejores prácticas empresariales a considerar. Además, esto contribuye a la conformación de una cultura corporativa sólida, capaz de unir a todos los colaboradores bajo un mismo objetivo.
2- Gestión de talento
Otros ejemplos de buenas prácticas empresariales son aquellos vinculados a la gestión del talento. Es sabido que las personas son el principal recurso de cualquier compañía, por lo tanto, cuidar de ellas es fundamental para alcanzar la rentabilidad y el éxito empresarial deseado.
Las mejores prácticas empresariales tienden a ofrecer una experiencia satisfactoria a los empleados, a lo largo de todo su recorrido profesional en la empresa. Algunas alternativas a tener en cuenta son:
- Darle atención a la diversidad al contratar empleados.
- Ofrecer igualdad de oportunidades de crecimiento a trabajadores y trabajadoras.
- Brindar formación de manera continua.
- Favorecer la conciliación laboral y familiar.
- Promover el cuidado de la salud y el bienestar en los espacios de trabajo.
- Valorar al personal celebrando sus logros y aportes.
- Brindar feedback continuo.
3- Servicio al cliente
Los compradores son otro de los grupos de interés fundamentales para todo negocio. Sin duda, cuidar su experiencia es vital para el buen desempeño de la compañía. Por eso, es clave incorporar buenas prácticas empresariales que garanticen la fidelización de los clientes.
- Un buen servicio al cliente empieza con buenos empleados. Es clave contratar a personas alineadas a los valores de la marca y entrenarlas para que ofrezcan la mejor atención a los compradores. Esto implica facilitar la información necesaria, pero también los recursos adecuados. Por ejemplo, sistemas digitales que ayuden a agilizar tareas y, con ello, mejorar la calidad entregada al cliente.
- Gestionar las expectativas de los clientes. No mentir, ni exagerar con las promesas que le haceé a los clientes es clave para luego no decepcionarlos. La honestidad con los consumidores es parte de las buenas prácticas empresariales a tener en cuenta. Esto ayuda a dejar en claro los alcances del vínculo y lo que puede y no puede hacer la compañía para resolver su problema o necesidad.
- Brindar una experiencia cohesiva. Hoy, que los usuarios interactúan con las marcas desde múltiples dispositivos y plataformas, es importante cuidar la coherencia en cada uno de los canales donde está presente el negocio para brindar así una experiencia cohesiva. Además, no solo se trata de estar en múltiples canales, sino de hacerlo bien. Muchas veces, es mejor elegir algunas de todas las opciones disponibles para poder garantizar la calidad de atención esperada.
4- Gestión de tareas y proyectos
Como ya dijimos, las buenas prácticas empresariales van más allá de las personas, también se relacionan a los procesos. Uno de los más importantes es la gestión de tareas y proyectos. Para que los procesos se cumplan y la empresa avance es importante sistematizar al máximo sus actividades.
En este sentido, algunas de las mejores prácticas empresariales son:
- Crear un plan de trabajo con plazos y objetivos claros y con la estructuración adecuada, para que todos sepan qué deben hacer, cuándo y a quién reportar sus resultados.
- Asignar tareas de manera equilibrada a todo el equipo.
- Definir prioridades para que los proyectos avancen sin interrupciones.
- Determinar puntos de interacción para despejar dudas, dar feedback y hacer ajustes en el plan.
- Medir el avance de cada proyecto y los resultados obtenidos.
5- Organización del trabajo
Una cosa es la gestión de tareas y proyectos y otra muy distinta es la organización del trabajo. Para que los procesos avancen todas las personas del equipo deben conocer cuáles son sus funciones y responsabilidades y con qué áreas interactúan. Así, podrán entender el impacto de su actividad en los resultados y cómo encajan en el resto de la estructura organizacional.
Ser claros y transparentes con respecto a esto es una de las buenas prácticas a tener en cuenta en las empresas. Pero además de ello, la asignación de tareas debe ser equilibrada para que los trabajadores puedan manejar la carga de trabajo de manera adecuada.
En este punto, es necesario evaluar la posibilidad de sumar una herramienta que facilite el día a día del talento. Nos referimos a soluciones digitales que ayuden a automatizar gestiones y descomprimir la carga de trabajo del personal.
Por ejemplo, un sistema de gestión en la nube permite automatizar muchas tareas repetitivas en el área administrativa y contable de las empresas. Gracias a ello, los empleados pueden delegar en este software ciertas actividades operativas y aportar valor en otras tareas más relevantes para el negocio.
6- Gestión de datos
Otra forma de mejorar la eficiencia de un negocio es mediante la gestión de datos. En principio, las buenas prácticas empresariales en este sentido se relacionan a la adecuada documentación de la información de la compañía.
Desde los datos de los clientes, el historial de los trabajadores, las políticas de la empresa, o el historial de ventas y el inventario, por mencionar algunos ejemplos. Toda esta información debe estar perfectamente resguardada, porque es de gran ayuda para la toma de decisiones.
7- Actualización de sistemas y tecnologías
Actualizar el software que la compañía utiliza para administrar los datos y ejecutar los procesos es otra de las buenas prácticas a considerar. Esto se relaciona a la innovación y el resultado siempre es una mayor eficiencia.
Cuanto mejores sean los sistemas utilizados para organizar la actividad de un negocio, habrá mayores posibilidades de aumentar la productividad. Con ello, el negocio se vuelve más ágil y puede lograr resultados más rápido, todo esto optimizando los recursos disponibles.
Bajo estos términos, un software de gestión puede ser un gran aliado para implementar esta práctica empresarial. En tanto, es una solución completa para llevar la contabilidad y administración de un negocio. Al tiempo que te facilita la toma de decisiones, gracias a todos los datos que brinda sobre el desempeño de los procesos de la compañía.
8- Responsabilidad Social Empresarial
La RSE es el compromiso voluntario de los negocios con la comunidad o el entorno en el que operan y es una de las mejores prácticas empresariales que podés implementar. Básicamente, con un programa de RSE las compañías analizan las problemáticas de la sociedad y destinan recursos para resolverlas.
Esto claro que va más allá de la generación de empleo o la ampliación de la oferta de productos y servicios. Las contribuciones a la comunidad a través de un plan de RSE se relaciona al impulso que se le da al desarrollo económico y la sustentabilidad en el entorno.
En conclusión
Implementar buenas prácticas empresariales requiere detenerse a pensar cuáles son las necesidades actuales de la empresa para mejorar su eficiencia y resultados. Como vimos hasta acá, en algunos casos las empresas buscarán impulsar al personal, en otros, mejorar el vínculo con los clientes o los métodos y procesos de trabajo.
Nuestra recomendación desde aquí es tener una visión más integral de la actividad del negocio, para poder implementar iniciativas que tengan un verdadero impacto, no solo en lo inmediato, sino también en el largo plazo.
En este sentido, incorporar un sistema de gestión para mejorar la eficiencia y reducir la carga operativa de la empresa, puede transformarse en la clave para llevar a tu negocio a dónde deseas. ¡Ingresá a Xubio y descubrí todos los recursos que podés aprovechar para transformar tu empresa!
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¿Qué son las buenas prácticas empresariales?
Las buenas prácticas empresariales son un conjunto de métodos, técnicas e iniciativas que se llevan adelante en las organizaciones para producir mejores resultados, aumentar la eficiencia y estandarizar procesos. En otras palabras, son decisiones que contribuyen al éxito de un negocio.
¿Cuáles son las buenas prácticas empresariales?
- Establecer la misión, visión y valores
- Ofrecer una buena experiencia a los empleados
- Ofrecer buen servicio al cliente
- Sistematizar las actividades
- Asignar tareas de forma equilibrada
- Sumar herramientas de automatización de procesos
- Documentar de forma adecuada la información de la empresa
- Realizar acciones de RSE