Según Gartner el 61% de las empresas creen que la mala ejecución de la estrategia corporativa es la razón principal por la que fracasan las nuevas iniciativas de crecimiento. Para que no seas parte de ese porcentaje hoy te contamos qué es una estrategia corporativa, qué tipos hay y cómo ejecutarla de forma efectiva. ¡Seguí leyendo para saber más!
¿Qué es una estrategia corporativa de una empresa?
La estrategia corporativa es el plan global de una organización para alcanzar sus objetivos a largo plazo. La define la alta dirección de la compañía, teniendo una visión integral del negocio y su funcionamiento, y lo que se proyecta para su futuro.
Por eso, hablamos de largo plazo, porque la estrategia corporativa es una herramienta que guía el trabajo y desarrollo de la organización en un periodo que va de unos 2 a 5 años.
De ahí se desprende que en la creación de esta estrategia se consideren aspectos esenciales como:
- El sector o industria en la que se desempeña la empresa.
- Las necesidades existentes en ese mercado.
- Las acciones más rentables para la compañía.
Así, el objetivo principal de esta iniciativa es que todas las personas que componen la organización conozcan y entiendan cuáles son los objetivos a alcanzar y adecuen su trabajo y esfuerzos a ese fin. De ahí la importancia de la estrategia corporativa.
En resumen, este tipo de iniciativa es la que determina el futuro de toda compañía. De hecho, de su diseño, ejecución, evaluación y mejora depende el éxito empresarial.
¿Qué tipos de estrategias corporativas existen?
A lo largo de su trayectoria, los negocios atraviesan por distintas etapas, desde su nacimiento hasta su madurez o declive. Para cada una de estas fases hay diferentes tipos de estrategias corporativas que se pueden implementar.
Lo interesante de este enfoque es que las estrategias segmentadas para cada parte del recorrido permiten afrontar los desafíos y oportunidades que se presentan en cada momento.
Por eso, antes de definir cómo elaborar una estrategia corporativa es importante conocer qué tipo de alternativas existen. A continuación, te compartimos las 4 principales:
1. Estrategia corporativa de desarrollo
Si tu negocio está en una etapa inicial y todavía no tenés una estrategia corporativa definida, el tipo de hoja de ruta ideal a seguir es de desarrollo. Algunas tácticas que podés implementar son:
- Penetración de mercado. En este caso el enfoque es aumentar las ventas de productos o servicios existentes en tu mercado actual.
- Desarrollo de productos. Esto puede aplicarse a la creación del producto de la empresa o el desarrollo de nuevas opciones para satisfacer otras necesidades en el mercado, responder a las tendencias actuales o incluso ampliar las funcionalidades que tiene el producto principal de la empresa.
- Desarrollo de mercado. Se trata de buscar la expansión a nuevos mercados o segmentos de clientes. Para ello, primero hay que analizar el posicionamiento actual de la empresa y sus productos en el mercado en el que está presente.
- Diversificación. Ingresar a nuevos mercados para expandir el negocio.
2. Estrategia corporativa de estabilidad
En este tipo de estrategia corporativa la búsqueda se orienta a mantener lo que ya se consiguió. Es decir que si tu negocio alcanzó un volumen de ventas y mercado acorde a los objetivos, podés seguir conservando ese nivel con las siguientes iniciativas:
- Saneamiento. Este tipo de estrategia es ideal para empresas que están en las primeras etapas de madurez. El objetivo es evitar que las ventas caigan y sentar las bases para un crecimiento empresarial sostenible a largo plazo. Se pueden reasignar recursos, reducir costos, modificar la estructura interna o incluso buscar nuevas fuentes de financiamiento.
- Cosecha. En este caso, la estrategia aplica para las organizaciones que están transitando etapas de madurez consolidada. El objetivo es maximizar los beneficios, ya sea invirtiendo en nuevos negocios o productos.
3. Estrategia corporativa de crecimiento
Como su nombre lo indica, este tipo de estrategia corporativa apuesta por ampliar el negocio con el objetivo de elevar su crecimiento y alcance. En este sentido, algunas tácticas que se pueden implementar son:
- Adquirir otras empresas.
- Realizar alianzas estratégicas.
- Diversificar el mercado.
4. Estrategia corporativa de contracción
Otra clase de estrategias corporativas que se pueden implementar son las de contracción. Estás se orientan a reducir el negocio, al menos en ciertos aspectos. Se aplican cuando las empresas alcanzan un alto grado de madurez que permite identificar áreas sustituibles o prescindibles dentro del negocio.
Por eso, el enfoque está en reducir o eliminar líneas de negocios, categorías de productos o áreas de la compañía que no contribuyen a la rentabilidad de la empresa.
¿Cómo se hace una estrategia corporativa?
Con frecuencia se piensa que las grandes compañías son las únicas que deben tener este tipo de planificación, pero lo cierto es que esta estrategia sirve para sentar las bases de toda clase de negocios, incluso pymes o microempresas.
Claro que diseñar una estrategia corporativa efectiva requiere un proceso estructurado y reflexivo, ya que vas a tener que evaluar varios aspectos del funcionamiento actual y futuro de tu negocio. A continuación, te presentamos los pasos clave para lograrlo:
1. Analizar la situación actual
Conocer tu punto de partida es el primer paso del diseño de la estrategia corporativa. Esto te permite saber en dónde está tu negocio hoy y proyectar hacía dónde lo querés llevar en el futuro.
En este punto hay herramientas que pueden ser de mucha ayuda, por ejemplo, la matriz FODA o DAFO, integrada con el análisis CAME. Ambas son herramientas analíticas ideales para revisar la situación actual de tu negocio y ver sus oportunidades en el medio y largo plazo.
También podés centrar tu análisis en dos niveles:
- Interno. La tarea consiste en evaluar las fortalezas, debilidades, recursos y capacidades de tu negocio.
- Externo. En este caso, se estudia el mercado, la competencia, las tendencias del sector y el entorno económico.
2. Definir misión,visión y valores
Más allá de que tengas un negocio en marcha o lo estés creando, tras la etapa de análisis, llega la definición o revisión de la misión, visión y valores de la empresa. En este sentido, la importancia de la estrategia corporativa se evidencia en su capacidad para alinear todos los esfuerzos del equipo en torno a los mismos objetivos.
Esto solo se puede conseguir si quienes integran la compañía tienen en claro cada uno de los siguientes puntos.
- Misión. Definir o revisar el propósito y la razón de ser de la empresa. Esta debe ser clara y concisa, lo que se pretende es que el equipo la internalice y para eso tiene que ser fácil de memorizar.
- Visión. Establecer la imagen a largo plazo que se desea alcanzar para la compañía.
- Valores. Estos son los principios y creencias que rigen los comportamientos y las decisiones en el negocio.
Todo esto ayuda a darle forma a la cultura organizacional y por eso es tan vital dentro de la estrategia corporativa. Porque uno de los recursos más relevantes en el éxito de toda empresa son las personas, quienes ejecutan la estrategia. Alinearlas hacia esa meta con buenos resultados es mucho más factible si se crea una adecuada cultura.
3. Establecer objetivos estratégicos
Luego de toda la información reunida hasta acá, estás en condiciones de trazar los objetivos estratégicos a seguir en el mediano y largo plazo. Recordá que se calcula un periodo de entre 2 y 5 años de vida para esta estrategia.
Los objetivos son globales, es decir, que en la estrategia corporativa no se tienen en cuenta metas por área específica (marketing, ventas, recursos humanos, etc.). Cada uno de esos departamentos después tendrá que definir sus objetivos particulares, alineados, eso sí, a los globales.
En este punto, la clave es definir objetivos claros, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo determinado, en otras palabras, seguir la metodología SMART.
Tené en cuenta que aunque los objetivos globales sean a largo plazo, también es necesario definir metas en el corto y mediano plazo. Ya que estos te ayudan a medir con mayor precisión el avance de la estrategia.
4. Formular acciones
De acuerdo con tu visión a largo plazo, la misión de tu negocio y los objetivos que querés alcanzar, hay que definir el tipo de estrategia corporativa a implementar y todas las acciones que formarán parte de ella.
Acá podés repasar los distintos tipos de estrategias corporativas y, según la etapa en la que se encuentre tu compañía, elegir una. A partir de ahí se definen las acciones a realizar dentro de este marco. Estas se planifican para el corto, mediano y largo plazo.
Algo importante sobre las acciones es que estas materializan la estrategia. Precisamente, este es uno de los puntos en los que más fallan las empresas. Por lo tanto, cuanto más claras sean las acciones y mejor implementadas estén, más probabilidades de alcanzar los resultados esperados.
5. Implementar la estrategia
Este paso implica poner en marcha la estrategia. Sin duda, como dijimos antes, es la más desafiante, según Gartner, algunas de las barreras más comunes en este punto son:
- Asignación de responsabilidades de forma ambigua. Es decir, confusión sobre quién hace qué.
- Incapacidad para transmitir objetivos a equipos e individuos. Falta de claridad en la comunicación de metas globales y específicas y, con ello, falta de alineación de esfuerzos.
- Falta de prioridades claras. Se desconoce qué es lo urgente y qué es lo importante.
Algunas recomendaciones para revertir esto:
- Asignar recursos y responsabilidades de manera clara.
- Comunicar de forma efectiva la estrategia y los objetivos a todos los niveles de la organización.
- Definir prioridades y transmitirlas a todo el equipo y evaluar los cambios que se produzcan en este sentido.
Tip extra: hay muchas herramientas que pueden ayudarte a hacer una implementación efectiva de esta estrategia. Sobre todo, aquellas que te permitan ganar más tiempo para dedicarle a su ejecución. Dentro de esas alternativas está el software de gestión en la nube.
Esta solución todo en uno te ayuda a potenciar tu empresa gracias a las múltiples funcionalidades que ofrece. Desde gestionar la contabilidad de tu negocio, el inventario, los impuestos y las facturas, hasta reunir en un solo lugar toda la información relevante de la empresa, como los reportes financieros, de resultados y de ventas.
6. Controlar y evaluar
La elaboración de la estrategia corporativa implica un seguimiento continuo. El hecho de que se planifique a largo plazo, no quiere decir que no se puedan actualizar ciertos aspectos de esta. De hecho, si algo caracteriza al mundo de los negocios actual es que vive en constante transformación.
Por ello, es importante revisar la estrategia, evaluar sus alcances y cómo se progresa hacia los objetivos. En función de esto, se pueden realizar ajustes y correcciones según sea necesario.
Para esto, podés definir las métricas que te ayuden a medir el avance de la estrategia y el alcance de resultados.
¿Cuál es la importancia de la estrategia corporativa?
Ahora que conoces cómo elaborar la estrategia corporativa, podés ver que puede ser un proceso complejo. Sin embargo hay varias razones para considerarla dentro de tu negocio:
- Claridad y enfoque. La estrategia corporativa ayuda a definir una dirección clara para la empresa, lo que evita que los esfuerzos y recursos se dispersen sin resultados.
- Toma de decisiones estratégicas. Este tipo de estrategia es clave para la toma de decisiones, lo bueno de ello es que eso que se decide se alinea con aquello que la compañía quiere lograr.
- Ventaja competitiva. Una estrategia corporativa es clave para identificar y aprovechar las oportunidades del mercado para diferenciarse y conseguir una ventaja competitiva.
- Crecimiento sostenible. Darle larga vida a un negocio es imposible sin una estrategia integral clara que se pueda sostener a través del tiempo. La estrategia corporativa brinda esa posibilidad, al permitir avanzar de manera ordenada y sostenible en el largo plazo.
- Alineación del equipo. Muchas de las empresas fracasan porque no saben mantener a su equipo enfocado hacia una misma meta. La estrategia corporativa permite que los empleados tengan claridad sobre los resultados que quiere se pretende lograr y se sientan involucrados con su misión y visión, lo que aumenta su compromiso hacia los objetivos.
En conclusión
La estrategia corporativa es mucho más que llenar un documento con objetivos a alcanzar. Se trata de crear una hoja de ruta con metas y acciones bien definidas que todo el equipo pueda seguir.
En este proceso, hay herramientas que marcan la diferencia. Un software de gestión es una de ellas porque simplifica las gestiones administrativas y contables y permite automatizar tareas, con el ahorro de tiempo que eso significa. Además, le brinda más tiempo al equipo para ocuparse de gestiones más valiosas, como el desarrollo y seguimiento de la estrategia.
Si querés impulsar tu negocio y verlo alcanzar sus objetivos, uno de los primeros pasos es incorporar este tipo de recursos. Si todavía no conoces nuestro sistema de gestión, ¡te invitamos a descubrir Xubio!