El tiempo es el recurso más valioso y limitado que tenemos, aprovecharlo al máximo es clave para terminar con la procrastinación y acá te contamos cómo lograrlo.
¿Alguna vez te has preguntado cuánto podría aumentar tu productividad si dejaras de procrastinar? La verdad es que nos gusta posponer, hay cierto placer en reemplazar las tareas pendientes por algo más divertido, e incluso, por cualquier otra cosa que nos aleje del deber. Sin embargo, la procrastinación trae numerosas complicaciones si sostenemos este hábito a largo plazo.
No solo eso, en la actualidad, la tecnología ejerce un poder de influjo sorprendente entre los usuarios. Y si trabajas por cuenta propia, de seguro utilizas el móvil y el ordenador para tu negocio. Las tentaciones nos rodean, lo que hace que sea aún más difícil enfocarse en el trabajo. ¡A procrastinar nos llaman!
Por ello, creemos que es importante darte algunas recomendaciones para que puedas dejar de posponer tus tareas y aumentar tu productividad, iniciando hoy mismo.
¿Qué es la procrastinación?
Antes de darte nuestros consejos, queremos dejar en claro a qué nos referimos cuando hablamos de procrastinar. Se trata, básicamente, del hábito de postergar tareas prioritarias en reemplazo de otras menos relevantes. Por ejemplo, sabpes que tenés pendiente crear el presupuesto de tu emprendimiento, pero en lugar de ello elegís mirar una serie en Netflix.
Procrastinar no siempre implica dilatar el deber por el placer, porque muchas veces se reemplaza la tarea prioritaria por otra que es necesaria, pero no urgente. Por ejemplo, sabés que debés organizar tu negocio, pero en lugar de ello te pones a limpiar tu escritorio o redecorar tu oficina. A esto se le llama “procastinamiento productivo” y no es nada más ni nada menos que darle prioridad a otras tareas, pero que quizás no sean las más importantes.
El pensamiento predominante en la procrastinación es “lo haré mañana, hoy no tengo ganas”. Sin embargo, ese día nunca llega o llega cuando es demasiado tarde y hay que resolver la tarea a último momento. Esto puede generar una pérdida de calidad notable en el resultado final de ese trabajo. Y, por otro lado, produce sensaciones de ansiedad, culpabilidad y angustia. Dominar la procrastinación es un elemento clave para el desarrollo de nuestra inteligencia emocional.
¿Cómo aumentar tu productividad y olvidar la procrastinación?
Para evitar todo lo anterior, tenemos algunos consejos que pueden ayudarte a aumentar tu productividad:
Detectá las razones de tu procrastinación
Sería algo así como preguntarte por qué estás dejando para mañana lo que puede hacerse hoy. Este es el primer paso, hacerte consciente de tu dificultad, pero no detenerte allí, además, bucear en las razones. Algunas preguntas válidas que puedes hacerte:
- ¿Postergo mi trabajo por desconocimiento?
- ¿Tengo problemas para mantener la concentración?
- ¿Me cuesta distinguir qué es lo prioritario en mis tareas?
- ¿Tengo un plan de acción o estructura de trabajo para el día a día?
Indagando en estas cuestiones, podrás identificar con mayor facilidad qué es lo que te lleva a procrastinar.
Detectá tus patrones de procrastinación
No solamente es útil detectar las razones que te llevan a posponer tus tareas, sino además, determinar cómo lo haces, cómo procrastinás. Algunas preguntas que pueden orientarte:
- ¿Me evado de mis tareas a través de conversaciones en WhatsApp?
- ¿Me paso el día en las redes sociales?
- ¿Pierdo demasiadas horas viendo series en Netflix o videos en YouTube?
- ¿Hago cualquier otra tarea necesaria (ordenar, limpiar, cocinar) en lugar de ponerme a trabajar?
¿Para qué sirve esto? Para que puedas ver cuáles son las distracciones más frecuentes para ti y entonces, suprimirlas al momento de sentarte a trabajar.
Identificá tus horas más productivas
Debemos pensar a la procrastinación como una cuestión muy ligada al mal uso del tiempo. Por el contrario, si haces un buen uso de tu tiempo, podrás aumentar tu productividad.
Nuestro consejo es que identifiques cuáles son tus horas más productivas y en función de ello organices tu día laboral. Una manera de identificar tus mejores horas consiste en tomar nota rápida de tu nivel de enfoque y energía cada media hora, durante un par de días o incluso semanas.
Luego de ello, será más fácil organizar tu trabajo diario, porque podrás asignar las tareas más demandantes a aquellas horas en las que tienes mayor concentración.
Estructurá tu día en objetivos
Trabajás en tu negocio, no sos alguien que debe cumplir un horario específico de trabajo. Podés planificar tu día de la manera más conveniente. Teniendo en cuenta que ya conoces cuáles son tus mejores horas, es momento de aumentar tu productividad gracias a un tip muy sencillo: comenzar a estructurar tu día en objetivos.
Esto quiere decir que tendrás objetivos específicos que cumplir, sin importar las horas que esto lleve. A veces puede que tengas jornadas de trabajo de 8 horas, mientras que habrá días que serán de 5.
Trabajar en función de objetivos te permitirá aumentar tu productividad, haciéndote más flexible y al mismo tiempo, motivándote con la recompensa de disfrutar del tiempo libre, una vez que termines.
Creá un plan de acción
La flexibilidad es una de las habilidades que cualquier emprendedor debería aprender a desarrollar, pero lo cierto es que se puede ser flexible siguiendo un plan de trabajo.
Lo más importante de trazar un plan es fijar un rumbo establecido, en el que puede haber desvíos, pero donde hay una meta específica a alcanzar día a día. Esto te dará una estructura sólida para trabajar y, por otro lado, te permitirá identificar cuando el desvío tomado se aleja demasiado de los objetivos.
Realizá una tarea a la vez
Ser multitasking es una de las imposiciones de nuestro tiempo, pero también es un engaño. Aunque queramos hacer más de una cosa a la vez, esto no siempre es posible y muchas veces, es perjudicial para nuestro negocio.
Es importante llevar a cabo el plan de acción paso a paso. Esto te dará la sensación de que avanzas de forma permanente hacia la concreción de tus objetivos diarios. Por otro lado, es una estrategia para contrarrestar la ansiedad, porque esos pequeños logros te darán calma ante la gran carga de trabajo de todos los días.
Después de tanto esfuerzo, te merecés un descanso. Las pequeñas recompensas del día a día no pueden faltar. Una vez que alcances tus objetivos diarios, alejate del trabajo: salí a hacer deporte, disfrutá de tu familia, salí con amigos, leé un libro e incluso mirá esa serie que tanto te gusta. Por supuesto que ser más productivos es lo más importante, pero además de ello, notarás que al dejar de procrastinar mejorará tu calidad de vida.
Si creés que estos consejos son útiles para aumentar tu productividad, podés usar tus redes para compartir esta entrada (sin procrastinar) y luego volver a trabajar!